Huracán Vinicius – AS.com

El Real Madrid ganó el duelo ante el Espanyol en el Santiago Bernabeu confirmando eso, pesa que la planta tiene profundidad de gabinete, entre el plano A y el B hay distancia y en muchas ocasiones la barra la separará de no hacerlo estará ubicada en el terreno. En el frente del Espanyol, Ancelotti reservó a Mendy y Rüdiger en defensa; Fran García y Tchouameni desempeñaron sus papeles respectivamente, con un resultado aceptable. Y entonces lo que pasó fue un Vinicius que acababa de ser cuestionado por sus últimas actuaciones. Pero Brasil perdió a toda esa gente cuando el Madrid quiso tirar de allí para recuperar un choque que le habían pellizcado.

El inicio de etapa de Vinicius, en general, fue bueno. No es el fin del coche a portiería (tenía la marca atrás, pero sí ambos de los ex metros), pero el cambio había generado mucho ataque por sus compañeros. Sin más alegrías, ante el Betis había provocado el penalti que luego marcó Mbappé, y ante la Real Sociedad le ocurrió lo mismo a los franceses. Pero el Parlamento Internacional de Brasil no sabe esperar, con importantes críticas a la presentación de su país, y Tanto en Anoeta como en el debut de la Champions ante el Stuttgart estuvo gris en el suyo, que no es otra cosa que la vuelta.

Debió detectar a alguien de Ancelotti, que antes del Espanyol le incluyó en las rotaciones, quizás para cargar montones para los que vienen (el martes, el Alavés; y el domingo, el derbi del Metropolitano), quizás para espolearle, para picarle. Tal como están las cosas, el plan funcionó: Vinicius salió en la segunda parte, nunca bloqueó el autogol madridista de Courtois y se basó en solitario para recomponer el ataque blanco.quien por tanto estableció hasta algo disperso. El equipo dominante, pero no mucho menos, tiene por eso tanto balón en peligro, en fuego real.

Con 1-1, Le pegó en el pecho con un paso exterior a Modric con el que dejó solo a Rodrygo ante el portero del Espanyol para anotar la colocación del 2-1. Y tres minutos después, demostró un contragolpe fulgurante del Madrid mediante una empanada en la médula de peligros para anotar el disparo raso y cruzado, aprobado en un paso perfecto de Mbappé. En sólo dos partidos y tres minutos, el tridente blanco decantó el partido y se llevó los tres puntos. Sólo es una fiesta más grande, pero los hombres en el encaje de los tres al mismo tiempo blancos y regresan bastante menos.

Así es el penalti provocado por Endrick (El brasileño pretendía postularse para tirarlo, pero esta lista es larga y no hay ataques para salar los puestos), Quizás Vini sitió que el Debía una a Mbappé por su excelente pase para el 3-1. El francés fue el lanzador, anotando el 4-1, porque había lanzado la última pena máxima de los blancos, en Anoeta, y en teoría, había pegado a Vinicius. El quizás se trataba más de facilitar completamente la fiesta que del ataque de los tres miembros de la viesen portería. Poco importan los motivos si el esférico acaba dans le rival rouge.

El blanco tinto del vino

En algo menos de 40 minutos (en concreto, con la incorporación completa, serán los 39 minutos y 14 segundos de Brasil en el campo) Vinicius tuvo un huracán que peleó con un Espanyol valiente que se sintió en el Bernabéu sin complejos y llegó a Asustar, pero ese poco de terror duró más (tras cuatro minutos de diferencia entre el 0-1 y el 1-1). Hizo todo el 7 blanco: remató dos veces, intervino 24 veces, dio 16 pases (10 de ellos buenos)… Pero eso no fue todo, sino que también hubo tres errores y tuvo una amarilla para protestar, que para Colmo fue la segunda en un minuto para el Madrid.puede haber una reacción ante otra visión de Bellingham basada en el mismo motivo. Ancelotti se pronunció ante la prensa callejera: “Cambié un poco el método de los árbitros. Es más grave en este sentimiento y debemos acompañarnos”.

Un espaldarazo de moral que el se va en el mejor momento, puede entrar al Madrid y Vinicius en una semana importante. Primero, con la visita del Alavés, y que no acepta ceder puntos para seguir la presión sobre el Barcelona en la cabeza de la tabla. Y, sobre todo, el país con el derbi del Metropolitano, un encuentro de alto nivel y con un significado especial para él (los insultos racistas dirigidos contra los vinos en los aledaños del estadio del Atlético fueron recurrentes, incluso en ocasiones sin consecuencias) y con un reto por delante: nunca ha marcado en territorio rojiblanco.

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